En su partida vital, evocamos la contribución de Guadalupe Rivera, una de las mujeres que, a través de su desempeño y aliento, contribuyó al fortalecimiento del INEHRM, como una institución pública dedicada a la preservación, fomento y divulgación del pasado y la memoria nacionales.
Nacida en la ciudad de México, el 23 de octubre de 1924, fue hija del matrimonio conformado por la escritora Guadalupe Marín y el reconocido pintor Diego Rivera. Licenciada y doctora en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, su trayectoria trascendió el ámbito de la formación académica, destacando como promotora cultural, académica y servidora pública.
De 1961 a 1988 participó en la política, siendo electa en tres ocasiones como diputada federal y como senadora suplente y después titular por Guanajuato. Entre 1986 y 1988 desplegó una gran actividad como servidora pública en las Secretarías de Relaciones Exteriores, Hacienda, Gobernación y para la Presidencia de la República. Asimismo, fue directora de El Colegio del Bajío. Es autora de los libros El mercado de trabajo: relaciones obrero-patronales (1955), Un río, dos Riveras. Vida de Diego Rivera (1990), Las fiestas de Diego y Frida: recuerdos y recetas (1994) y Diego El Rojo (1997).
Fundado en agosto de 1953, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana consolidó su labor de rescate, fomento e investigación mediante la dirección del maestro Salvador Azuela (1953-1983). Durante la década de los 80 del siglo XX, la madurez institucional, así como la ampliación de fines y atribuciones de la dependencia, se fortaleció mediante la gestión de Juan Rebolledo Gout, José Luis Barros Horcasitas y Guadalupe Rivera Marín (1989-1998).
Con experiencia en la gestión pública y apoyada por el Consejo Técnico Consultivo de la Institución, Guadalupe Rivera retomó, fortaleció y acrecentó los afluentes historiográficos, de investigación y divulgación de la historia mexicana de los siglos XIX y XX, mediante el certamen y premiación de obras inéditas y la distinción de trayectorias académicas; la continuidad en la promoción de obras fundamentales sobre la Independencia, la Reforma liberal y la Revolución mexicana, paralela a la edición de libros de autor y colectivos con enfoques de actualidad sobre historia regional, monografías, testimonios, memorias y autobiografías, procesos diplomáticos, económicos, políticos y culturales; e igualmente, con el impulso a la colección editorial de Biografías para niños. Una obra singular y de consulta durante su gestión, fue el Diccionario histórico y biográfico de la Revolución mexicana, en 8 volúmenes (1994).
En mayo de 1994, correspondió a la vocalía ejecutiva de Guadalupe Rivera, la apertura de la sede actual del INEHRM en el tradicional barrio de San Ángel, en la Ciudad de México, donde la institución inauguró la Biblioteca de la Revolución Mexicana (cuyo acervo especializado supera hoy los 80 mil volúmenes) y dispuso de un espacio idóneo como sede de coloquios, foros, conferencias, exposiciones gráficas, ceremonias, programas culturales y actividades para público infantil.
La gestión de doña Guadalupe Rivera se desarrolló en un periodo de consolidación institucional, que, desde finales del siglo XX, acrecentaría la madurez del INEHRM en cuanto al fomento y diversificación de los estudios históricos, con irradiación en el país, sobre un público creciente que integra a comunidades docentes, universitarias, estudiantiles, de servidores públicos y promotores culturales, de adultos mayores, niñas, niños y adolescentes en edad escolar.
Tras su paso por el INEHRM, doña Guadalupe Rivera fue nombrada titular de la delegación Álvaro Obregón, por el periodo 1998-2000. Fue presidenta de la Fundación Diego Rivera, hasta su deceso, el 15 de enero de 2023.
La impronta de Guadalupe Rivera Marín como Vocal Ejecutiva del INEHRM, perdura en la memoria de un Instituto que llega a su 70 aniversario (1953-2023).